La profesora nos propuso una actividad para que
perdiéramos el miedo a dibujar.
Para
realizar esta actividad tuvimos que ponernos por parejas. Cada una decía a la
otra lo que debía dibujar y disponíamos de un minuto para hacerlo en
nuestra pizarra.
Lo primero fue un mono, algo en lo que iba con ventaja porque en la clase del día anterior había pintado uno, por lo que lo hice parecido sin entrar en muchos detalles ya que no tenía mucho tiempo.
El
segundo fue un camaleón, no recordaba su figura pero si sus ojos grandes y su
cola, algo característicos de ellos que pienso que haría que se reconociera.
Para el siguiente dibujo aumentamos la dificultad, teníamos que decir una
acción, por ejemplo, un hombre corriendo.
Para los
siguientes dibujos teníamos que dejar algo sin terminar, para que el resto de
la clase lo adivinara. Mis dibujos los acertaron a la primera, a pesar de que
borré más líneas de las que había dibujado inicialmente.
Este ejercicio me ha servido para darme cuenta que no
observo las cosas lo suficiente, ya que muchas veces que me propusieron
algo para pintar, no sabía cómo comenzar porque no recordaba cómo era. A veces,
cosas que vemos diariamente, no las observamos, no nos fijamos en su forma o en
sus características.
No hay comentarios:
Publicar un comentario