Josefa de Ayala Figueira, más conocida como Josefa de Óbidos, nace en Sevilla en 1630. Su padre era el pintor portugués Baltasar Gómez Figueira y su madre la sevillana Catalina Camacho Cabrera Romero. A los pocos años de nacer su familia se traslada a Óbidos (Portugal).
A los dieciséis años ingresa en el convento de Santa Ana de Coímbra y seis
años más tarde lo abandona por causas que se desconocen y decide dedicarse a la
pintura.
Nunca quiso casarse ni dedicarse a las tareas del hogar como era habitual
en las mujeres de su época. Con apenas treinta años su padre firma el
reconocimiento de mujer emancipada, este hecho completamente inusual en el
siglo XVII, le permitía hacer negocios sin el permiso de un hombre por lo que
podía cobrar por sus pinturas y comprar los materiales sin permiso paterno.
En seguida recibió numerosos encargos de conventos e iglesias. En sus
visitas a conventos por motivos profesionales, la pintora anima a las monjas a
que, sin olvidar el rezo, también trabajen, fomenta las manualidades y la
pastelería para que las religiosas consigan autonomía económica.
Josefa le dio al Barroco un estilo único, alegre, colorista y lleno de
ornamentos. En sus retablos sorprenden los adornos florales pero sobre todo la
representación de las vírgenes, santos y jesucristos, muy diferentes a los que
había hasta entonces.
Además de los encargos religiosos se
dedicó a pintar bodegones, con los que tuvo un gran éxito comercial, estos los
firmaba junto a su padre.
Durante su vida invirtió su dinero en comprar fincas y joyas. Josefa de
Óbidos murió rica a los 54 años y dejó establecido en su testamento que sus
bienes nunca fueran a parar a un hombre.
Me gustaría destacar los siguientes cuadros:
Información sacada de:
https://elpais.com/elpais/2016/01/15/eps/1452857751_630108.html
http://www.elmundo.es/andalucia/2015/10/12/5617daedca474186338b45b2.html
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